El IoT industrial, también conocido como IIoT, representa un ecosistema dinámico compuesto por multitud de dispositivos interconectados, sensores, aplicaciones avanzadas y la infraestructura de red que los acompaña. Estos elementos interactúan para recopilar, supervisar y diseccionar datos obtenidos de diversas operaciones industriales. El IoT industrial se alinea estrechamente con la Industria 4.0, la cuarta revolución industrial, que hace hincapié en la automatización y la comunicación máquina a máquina (M2M) en los procesos industriales para reducir la dependencia de la mano de obra humana.
IIoT frente a IoT: Qué diferencia a la IIoT
El ámbito del Internet de los objetos (IoT) gira en torno a dispositivos interconectados que se comunican a través de redes y llevan a cabo multitud de tareas. Estos dispositivos poseen identificadores distintos e interactúan entre sí, permitiendo la ejecución autónoma de tareas sin intervención externa.
Mientras que IoT abarca un amplio espectro de aplicaciones, que van desde productos orientados al consumidor como sistemas de entretenimiento para vehículos, wearables, electrodomésticos y electrónica de consumo, IoT industrial se centra específicamente en aplicaciones dentro de contextos industriales, de fabricación y de ciudades inteligentes.
El objetivo del IoT industrial es reducir los costes de producción, aumentar la eficiencia operativa, agilizar los procesos y permitir la implantación de modelos de negocio innovadores. Cuando se aprovecha eficazmente, el IoT industrial ejerce una influencia positiva en el crecimiento, la competitividad y la sostenibilidad a largo plazo de una empresa.
¿Cuáles son las principales aplicaciones verticales de la IIoT?
a. Fabricación. El IoT industrial (IIoT) conecta los sistemas de producción, los equipos y las cadenas de suministro, lo que permite el mantenimiento predictivo, el seguimiento del inventario en tiempo real y la optimización de los flujos de trabajo de producción. Esto se traduce en una reducción del tiempo de inactividad, una mejora del control de calidad y un aumento de la productividad.
b. Energía y servicios públicos. IIoT ayuda a gestionar y optimizar el consumo de energía, la estabilidad de la red y la gestión de activos. Los contadores inteligentes, los sensores conectados y los sistemas de control automatizados facilitan la distribución eficiente de la energía, el mantenimiento predictivo de las infraestructuras y la integración de fuentes de energía renovables.
c. Transporte y logística. La IIoT está ampliamente implantada en el sector del transporte y la logística, permitiendo la gestión inteligente de flotas, la optimización de rutas y la supervisión en tiempo real de bienes y activos. Los sensores conectados en vehículos, cargas e infraestructuras proporcionan seguridad, eficiencia y una mayor visibilidad de la cadena de suministro.
d. Sanidad. Las aplicaciones de la IIoT en la sanidad abarcan la monitorización remota de pacientes, los hospitales inteligentes y la gestión de activos médicos. Los dispositivos conectados y los wearables permiten la monitorización continua de la salud, el diagnóstico proactivo y la prestación optimizada de asistencia sanitaria, lo que se traduce en una mejora de los resultados de los pacientes y de la rentabilidad.
e. Agricultura. IIoT facilita las prácticas agrícolas de precisión al proporcionar datos en tiempo real sobre la humedad del suelo, las condiciones meteorológicas y la salud de los cultivos. Los sistemas de riego automatizados, la tecnología de drones y el análisis de datos permiten una asignación óptima de los recursos, la gestión de los cultivos y la optimización del rendimiento.